El Museo de Cera de Madrid se ha convertido en el primer recinto del mundo en exponer al público un monumento en honor al Papa Benedicto XVI, sumándose así a la galería de pontífices y personajes relevantes de la historia de la Iglesia que alberga ese lugar.
Según explicó el portavoz del museo, Gonzalo Presa, el hecho de que se haya incorporado tan rápidamente la figura del Pontífice se debe a que se trata de "la primera figura de la Iglesia Católica y a que su reciente elección se convirtió en una noticia universal".
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Con respecto a la estatua, colocada junto a las de sus predecesores Juan Pablo II y Juan XXIII, y frente a la reproducción de la escena de Jesús y sus discípulos en la “Última Cena”, Presa destacó la humanidad del Santo Padre que se ha conseguido plasmar en el rostro y la postura reflejados en la escultura.