El Arzobispo de Sevilla, Cardenal Carlos Amigo Vallejo, aseguró que si el Gobierno no respeta los acuerdos internacionales suscritos con la Santa Sede, peligra la vigencia del Estado de Derecho en España.
'Tenemos que preocuparnos, no de que peligren unos acuerdos internacionales, sino de que peligre el Estado de Derecho, porque si no se respetan los acuerdos internacionales, aparecerían sombras y dudas” sobre la garantía de las libertades, declaró el Purpurado.
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El Cardenal hizo estas declaraciones durante su intervención en la
Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) en el seminario “La nueva realidad religiosa española, 25 años de la Ley Orgánica de libertad religiosa”, en el que analizó el presente y futuro de la Iglesia en España.
Respecto al anteproyecto de Ley Orgánica de Educación (LOE) que aprobó el Consejo de Ministros el pasado viernes, el Purpurado reconoció ante los periodistas que fue “sorprendente la presentación de este anteproyecto” por cuanto existía “una línea de conversaciones” entre el Gobierno y la Conferencia Episcopal que, señaló, “creíamos iba a seguir”.
A los obispos les preocupa especialmente, dijo, “la filosofía que subyace detrás de este proyecto”, es decir, “el tipo de personas que desea la sociedad española en el futuro”.
Según el Arzobispo, el objetivo ha de consistir en “garantizar a los padres” que sean ellos quienes “elijan la enseñanza religiosa” que quieren para sus hijos, y no sólo la católica, dijo, sino también los otros credos.
Cambiar la dirección de la Mesa de Diálogo
Por ello, solicitó el Cardenal, tanto al Gobierno como a la Iglesia, que “cambien la dirección de la Mesa de Diálogo” y que, en vez de “mirarse a sí mismos”, miren “al pueblo que tienen que servir”. “No es un problema de relaciones, sino de los derechos de las personas que tenemos que garantizar entre todos”, dijo.
Sobre la enseñanza de la religión garantizada en los acuerdos internacionales que el Estado español tiene con la Santa Sede, el Cardenal Amigo Vallejo recordó que allí aquella está garantiza “al mismo nivel que otras”. Así, añadió, hay que “garantizar” tales acuerdos y no modificarlos para evitar que peligre el Estado de Derecho.
No obstante, el Purpurado dijo creer que “no hay deseo –por parte del Gobierno– de no respetarlos”.
Laicismo fundamentalista
Más adelante, y refiriéndose a la mala interpretación sobre las relaciones entre el Estado y la Iglesia, el Cardenal dijo que “un laicismo fundamentalista impide la libertad de culto y de religión” y recordó que “España es un país aconfesional” que “garantiza que cualquier ciudadano practique la religión que quiera cuando quiera”. “No hay religión estatal”, añadió.
Todas las confesiones religiosas en España “van en la primera clase del tren”, si bien, “de ese tren de diez vagones, ocho van ocupados por los católicos”, dijo el Cardenal al explicar la realidad religiosa española..
Por último, el Purpurado, consideró, en el marco de las relaciones con el Gobierno, que “no se le puede pedir a la Iglesia que sea lo que no es” para favorecer las iniciativas de diálogo entre ambas partes.