Al reunirse con los periodistas con ocasión de un encuentro con sacerdotes y diáconos del Valle de Aosta, donde actualmente pasa unas breves vacaciones, el Papa Benedicto XVI reconoció la dificultad del servicio que Dios le ha encomendado, y en el que “no había pensado nunca”, y se mostró agradecido por el buen comportamiento de la gente y la ayuda que le brindan en su misión.
Preguntado sobre si analizando los tres meses transcurridos desde su elección, había sido difícil ser Papa, el Santo Padre contestó que “de alguna forma lo ha sido porque no había pensado nunca en este ministerio, pero la gente se porta muy bien conmigo y me ayuda".
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
Asimismo, el Papa contestó también a la pregunta de si sentía cerca de sí a su predecesor Juan Pablo II: "Está siempre muy cerca –afirmó–, sea en sus libros que a través de su presencia espiritual".
Durante la ronda de preguntas, esta vez a su salida del acto en la iglesia de Introd, donde se reunió con 140 personas, el Pontífice comentó brevemente las perspectivas de diálogo entre la Santa Sede y China, expresando el deseo de que “siguieran adelante”.
Por último, respecto a la situación de los divorciados que se han vuelto a casar, observó, dadas las circunstancias de la pregunta: "No podemos resolver grandes problemas con tres palabras".
De otro lado, el alcalde de Introd, Osvaldo Naudin, renovó al Papa la invitación a regresar el próximo año al Valle de Aosta y, bromeando, comentó que el Santo Padre está aprendiendo el dialecto de la zona gracias al "curso acelerado" de estos días.
Por su parte, el Obispo de Aosta, Mons. Giuseppe Anfossi, subrayó la importancia del encuentro del Papa con el clero valdostano, que refleja la "colegialidad y la comunión sobre la que se funda la Iglesia".