En su intervención en los Cursos de Verano de la Universidad Complutense, que tienen lugar en El Escorial (Madrid), el Arzobispo de Pamplona y Obispo de Tudela, Mons. Fernando Sebastián, desmintió algunas acusaciones que vinculan a la Iglesia con los protagonistas de la violencia desatada durante la persecución antirreligiosa en España desde años antes de la guerra civil de 1936-1939.
Según el Prelado, la Iglesia no apoyó al General Francisco Franco, sino que se opuso a la violencia anticatólica, y aseguró que "no hay un dato que demuestre que la Iglesia impulsó el levantamiento" de 1936.
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"Ninguno de los militares que llevaron a cabo el levantamiento eran especialmente devotos en aquellos momentos", dijo el Prelado, añadiendo que "salvo excepciones personales poco significativas, no está demostrada ninguna conexión entre promotores del levantamiento y las autoridades eclesiásticas".
Tras reconocer como "un hecho innegable" que durante esa época hubo un acercamiento de los católicos al bando nacional, Mons. Sebastián explicó que la República intentó introducir y fomentar cambios culturales, políticos y sociales, muchos de los cuales "se vivían entre los católicos como una verdadera persecución".
Ya desde 1931, recordó el Prelado, los obispos dieron signos de inquietud, y leyó varios documentos en los que veía claramente que los cristianos acataban entonces la autoridad legítimamente constituida o que la Iglesia no pretendió entrar en la contienda política y no quiso unirse a ningún partido.
"Los católicos podemos y debemos tomar las medidas necesarias, dentro de la legalidad para defender nuestros derechos de manera legal, pacifica y legítima", declaró.
Igualmente, Mons. Sebastián recordó que la acción de la Iglesia Católica, tanto de su jerarquía como de su laicado, estuvo centrada en lograr la reconciliación de los españoles.