Remi Brague, filósofo e historiador francés, afirmó en un artículo publicado en el diario Avvenire y reproducido por La Razón de España, que el Corán y las otras fuentes del Islam contienen lo necesario para que los terroristas islámicos justifiquen sus atentados.
“Espero que los europeos tomen conciencia del hecho de que las fuentes del Islam (Corán, hadices, y Vida de Mahoma), por desgracia contienen –aunque la mayoría de los musulmanes no lo saben– todo lo necesario para justificar estos atentados”, explicó.
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En su artículo, Brague, profesor en La Sorbona y Munich, pide a los europeos no contentarse “con repetir la vieja consigna de ‘no confundamos entre inmigrantes musulmanes, pacíficos en su gran mayoría, y los islamistas’”. Señala que aunque “esto es cierto, no es suficiente”.
“El Islam originario es absolutamente incompatible con el proyecto europeo. Es necesaria una reforma del Islam desde dentro”, afirmó.
Asimismo, recuerda que Europa “ya posee una identidad” que debe ser reafirmada. Indicó que es preocupante la exclusión de las raíces judeocristianas de la Constitución Europea.
“Era necesario llamar a las cosas por su nombre y citar al judaísmo y al cristianismo. Se quiere exorcizar al cristianismo actuando como si no existiera. Y esto me da miedo, porque reescribir el pasado es típico de la ideología. Acordémonos de ‘1984’ de Orwell”, expresó.
Tras señalar que quienes impulsan un laicismo “a la francesa” quieren alejar el hecho religioso de la vida social, Brague enfatizó que Europa es mucho más que un “un motor económico”.
Indicó que “la idea de hacer avanzar a Europa a través de la cultura es recurrente”, pero es necesario “fomentar la enseñanza de la historia europea, de la creación de los organismos internacionales”, así como insistir en la enseñanza de los idiomas.
Para el experto francés, “la economía no es menos noble que la cultura”, siempre que “la producción de bienes se haga de modo igualitario”.
Para ello, Brague invitó a experimentar dejando de llamar “valores” a la familia, el Estado de Derecho, entre otros; y denominarlos “bienes”. Explicó que así “todo cambia”, pues se tendrán “bienes que brillan con luz propia y que nos iluminan”.
“En vez de tomar los valores como un pesado ‘súper yo’, gocemos de los bienes, dejémonos nutrir por ellos y asimilémoslos. En lugar de tener algo por lo que morir, tengamos algo por lo que vivir”, afirmó.
En el texto destaca como “una buena señal” el rechazo en Italia, a través de un referéndum, de la experimentación con embriones. Sin embargo, pide no confundir “la defensa del medio ambiente con el respeto por la persona, ni la vida humana con la vida vegetal o animal”.