El Obispo del Callao, Mons. Miguel Irízar Campos, afirmó que la corrupción sigue socavando la sociedad peruana porque ha faltado una voluntad tenaz y compromiso por parte de las autoridades, así como una vigilancia y colaboración eficaz de los ciudadanos para poder erradicarla.
A través de la carta titulada “Un Perú sin corrupción”, el Prelado explicó que en la lucha contra este flagelo es necesaria también “una fuerte conciencia ética y moral”.
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Recordó que en 2001 el entonces Presidente Valentín Paniagua creó, con representantes de la sociedad civil, una comisión denominada “Iniciativa Nacional Anticorrupción” (INA), que debía hacer un diagnóstico y entregar propuestas para combatir la corrupción que “estaba socavando nuestra sociedad y nuestras instituciones públicas”.
Dicha comisión, explica la carta, “detectó una serie de comportamientos y prácticas sociales que traslucen un débil compromiso con el bien común”. Además, “la acción política ha prescindido con frecuencia del horizonte ético”, haciendo de los cargos públicos una instancia para favorecer intereses particulares a costa de la sociedad en su conjunto y de la moral social.
Asimismo, entre las medidas a adoptar se recomendó crear “un organismo autónomo elegido por el Congreso” que institucionalizase “la lucha contra la corrupción”; así como “garantizar la transparencia y la rendición de cuentas en la gestión pública”.
También se pidió promover “la ética pública desde la familia, la escuela, la educación superior y la función pública”; y fomentar la vigilancia ciudadana, comprometiendo a los medios de comunicación social.
Sin embargo, Mons. Irízar señala que a cuatro años de la INA, “me pregunto qué hemos hecho en la lucha contra la corrupción en el Perú”, tanto desde el Ejecutivo, el Congreso y el Poder Judicial, así “como la ciudadanía en general”.
“Una gran responsabilidad en esta batalla recae sobre las personas que tienen cargos públicos”, indicó. Añadió que deben empeñarse por una correcta aplicación de la ley y por ejercer con transparencia la administración pública.