Un nuevo estudio publicado por el British Journal of Health Psychology demuestra que las mujeres que alguna vez han abortado tienen tres veces más posibilidades de consumir drogas durante un siguiente embarazo.
El estudio se apoya en la evidencia existente que sugiere que los embarazos posteriores a un aborto pueden originar una profunda pena, relacionada al aborto o abortos anteriores. Muchas de estas mujeres buscarían suprimir este dolor con las drogas y el alcohol.
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El análisis demostró que las mujeres que alguna vez abortaron intencionalmente son más propensas a consumir drogas en embarazos siguientes; mientras que las mujeres que abortaron espontáneamente o dieron a luz a sus bebés muertos, no lo son.
Estudios previos demostraron también que las mujeres que abortaron intencionalmente están en mayor riesgo de sufrir desórdenes generalizados de ansiedad, depresión, tendencias suicidas y hospitalización psiquiátrica. Al menos 21 estudios previos relacionan el aborto con el aumento en las tasas de abuso de drogas y alcohol.
"Muchas mujeres tienen sentimientos encontrados sobre sus abortos pasados”, explica David Reardon, director del Elliot Institute, uno de los autores del estudio.
"Los último embarazos pueden reeditar o agravar estas emociones. Algunas mujeres se pondrán ansiosas, sobre su propia salud o la del niño que está por nacer. Otras estarán tan asombradas con la vida que portan que empezarán a preguntarse sobre sus decisiones pasadas y quedarán inmersas en la culpa”, agrega.
"Otras mujeres podrán experimentar –prosigue Reardon– mucha pena que aún no han superado por sus abortos pasados, que interfiere con la posibilidad de disfrutar y alegrarse con su nuevo bebé”.
Para Reardon, los “profesionales médicos deben estar al tanto de estos temas para poder identificar qué mujeres están en mayor riesgo de usar estas sustancias. Al sugerirles la consejería post-aborto y los programas de abuso de sustancias, se les ayuda a proteger al niño por nacer y también se ayuda a la madre a resolver sus traumas de abortos pasados”.
Este nuevo estudio confirma lo descubierto en otro estudio reciente publicado en el American Journal of Obstetrics and Gynecology que también revelaba que las mujeres consumían más alcohol y drogas en sus embarazos si es que se habían sometido a un aborto en el pasado.