El Obispo de Matehuala y Presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Familiar, Mons. Rodrigo Aguilar Martínez, advirtió a los mexicanos que los hijos no son tumores que se deban desechar, al explicar el rechazo de la Iglesia al uso de fármacos abortivos como la píldora del día siguiente.
El Obispo recordó que “la vida humana inicia desde el momento de la fecundación del óvulo por el espermatozoide” y al impedir la anidación de un óvulo fecundado en el útero, la píldora del día siguiente se convierte en un potencial abortivo.
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Mons. Aguilar lamentó que el uso de esta píldora aliente la promiscuidad y una sexualidad que sólo busca placer en un afán hedonista por el que “el hijo se convierte en un intruso, un tumor que hay que desechar”.
El Obispo pidió reorientar el auténtico sentido de la sexualidad en los matrimonios como “expresión del ser humano en su totalidad” y enfatizó que la Iglesia no está en contra de los avances científicos si son en beneficio del ser humano y buscan el “claro y auténtico beneficio de todos, respetando la dignidad de todo ser humano”.
El Prelado advirtió que aquellos que promueven el uso de esta píldora simplemente manipulan el lenguaje científico y postergan el inicio de la vida a la anidación o implantación del óvulo fecundado en el útero.
Mons. Aguilar recordó que la implantación es “sólo un momento en el proceso de la existencia de un ser humano que ya se ha iniciado desde antes” y reiteró que impedir la anidación es “un aborto, o sea un asesinato, y del ser humano más indefenso”.