Cada vez son más las parejas de esposos que deciden hacer de su luna de miel y su boda, oportunidades para ser solidarios con quienes menos tienen, sea a través de las “lunas de miel misioneras” o las “listas de regalos” que benefician a comunidades necesitadas.
Esta iniciativa consiste en proponer a los invitados a la boda, destinar el dinero de los obsequios a cuentas corrientes para financiar proyectos de desarrollo y misioneros en otras partes del mundo. A la vez, el nuevo matrimonio viaja de “luna de miel” a estos lugares para realizar una labor apostólica.
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Según reseña el diario español La Razón, esta novedosa idea nació hace diez años con una pareja identificada como Javier y Charo, y poco a poco ganó popularidad entre parejas jóvenes, para quienes “la familia es un instrumento al servicio de la sociedad y de la Iglesia”. Según Rafa y Mónica, otro matrimonio que emprendió la misma iniciativa, “comenzar así nuestra vida familiar es la mejor forma de ser un instrumento de Dios al servicio de todos”.
Charo y Javier afirman que ésta fue una manera de “empezar nuestra vida juntos compartiendo lo que nos había llenado por separado”. Viajaron a México, primero a Yucatán y luego a Guadalajara, donde junto a unos amigos, construyeron una escuela, financiaron la educación de jóvenes y apadrinaron niños.
Otro ejemplo es el de Ángel y Amparo, quienes con las ganas de vivir el sacramento del matrimonio “ayudando a los demás”, lograron construir un centro nutricional, una escuela y comprar herramientas para un poblado en Ruanda. Todo gracias a la colaboración de sus 200 invitados.
“La gente de la aldea celebró una fiesta en nuestro honor, nos mandaron regalos hechos por ellos y una carta preciosa dándonos las gracias por todo, así que al final 200 personas celebraron nuestra boda en España y casi 300 en Ruanda”, narró Amparo.