El Arzobispo de La Plata, Mons. Héctor Aguer, aseguró que los avances científicos facilitan el tratamiento de los problemas de salud, y ya no hay justificación para la muerte de un no nacido por fines médicos.
El Arzobispo publicó el documento titulado “Permiso para matar”, en el que se pronunció sobre la decisión de la Corte Suprema de Buenos Aires que autorizó a una mujer con 20 semanas de gestación a abortar, con la justificación de salvar su vida.
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El documento de Mons. Aguer es una fuerte crítica para los que colocan la vida de un ser humano sobre otra, apelando a que “ningún derecho asiste a dar muerte a una persona para salvar la vida de otra; ni la extrema necesidad puede reclamarse contra la vida de un inocente”.
"Un siglo atrás solía plantearse una alternativa para justificar el recurso al aborto terapéutico: o la vida del niño o la de la madre. Los progresos científicos y técnicos de la medicina hacen que difícilmente nos encontremos hoy ante opciones de esa naturaleza”, indicó.
En este sentido, el Prelado agregó que la justificación de un aborto terapéutico se presenta más que como una verdadera causa, como una predisposición para que la opinión pública acepte otras causas que legitimen la muerte de una vida naciente, cuando por el contrario, se deben hacer todos los esfuerzos posibles para salvar la vida de ambos.
“En ningún caso la Iglesia ha enseñando jamás que la vida del niño deba ser preferida a la vida de la madre, pero tampoco es posible privilegiar la vida de la madre como si el niño por nacer fuera menos valioso”, aclaró el Arzobispo.