El Arzobispo de Manila, Mons. Gaudencio Rosales, rechazó cualquier intento violento por solucionar la crisis política que vive Filipinas, a raíz de las acusaciones de corrupción que pesan sobre la Presidenta Gloria Macapagal Arroyo y su familia.
En un comunicado, el Prelado afirmó que cualquier propuesta de solución que lleve a la violencia es inaceptable. Añadió que “la violencia hace daño a los inocentes y causa heridas tan profundas que tardan varias generaciones en curar”. Sin embargo, ello no impidió que solicitase a la mandataria aclarar los hechos.
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Mons. Rosales hizo estas declaraciones tras el escándalo desatado por la aparición de unas grabaciones en las que se escucha a Macapagal dialogar con un funcionario electoral. Esto motivó que la oposición la acusase de interferir en las elecciones de 2004.
El lunes pasado la presidenta tuvo que salir a pedir perdón, pero señaló que aunque hubo un diálogo telefónico, no intentó influir en los resultados electorales.
“Perdonar no elimina la necesidad de justicia y tampoco debe impedir la búsqueda de la verdad. El verdadero perdón exige más que una disculpa y los que lo piden deben estar dispuestos a responsabilizarse de lo que han cometido”, afirmó el Prelado.