El Papa Benedicto XVI aseguró hoy que “algunos signos positivos” en los últimos meses permiten ver con esperanza “el día de la reconciliación entre las diversas comunidades que trabajan en Tierra Santa”.

Tras poner de relieve que "todos los cristianos tienen una deuda inolvidable con Jerusalén y Tierra Santa", el Santo Padre afirmó que "algunos signos positivos que nos llegan en estos últimos meses, hacen más sólida la esperanza en que no tardará en llegar el día de la reconciliación entre las diversas comunidades que trabajan en Tierra Santa”.

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Por esta razón, dijo el Papa durante el discurso a los 70 participantes en el encuentro anual de la Reunión de las Obras para la Ayuda a las Iglesias Orientales (ROACO), “no cesamos de rezar con confianza por esto".

En estos días, la ROACO ha examinado la situación de la Iglesia greco-católica en Ucrania y la formación de los sacerdotes, seminaristas y religiosos de las iglesias católicas orientales.

En su intervención, Benedicto XVI afirmó que frente al individualismo imperante "es muy importante que los cristianos ofrezcan el testimonio de una solidaridad que supere todas las fronteras, para construir un mundo en el que todos se sientan acogidos y respetados”.

El Santo Padre agradeció la ayuda que brinda la ROACO a los hermanos más necesitados "y en particular los esfuerzos por hacer tangible la caridad que une a los cristianos de tradición latina y a los de tradición oriental. Intensificar estos vínculos es hacer un servicio preciosísimo a la Iglesia universal".

Al referirse a la Iglesia greco-católica ucraniana, cuyo "desarrollo continuo, tras el triste invierno del régimen comunista, es motivo de alegría y de esperanza", dijo: "Sostened su camino eclesial y favoreced todo lo que ayude a la reconciliación y a la fraternidad entre los cristianos de la amada Ucrania".

Igualmente, el Pontífice subrayó que la presencia de casi 500 estudiantes orientales de las iglesias católicas orientales "es una oportunidad que hay que valorar", cuidando "las instituciones formativas en las mismas iglesias orientales”.

“Junto a la ayuda material, se debe incentivar la formación, que por una parte profundice en la genuina tradición local, teniendo en cuenta el progreso orgánico de las iglesias orientales y por otra, que se complete la actualización deseada por el Concilio Vaticano II", concluyó.