La Catedral Metropolitana comienza a recibir a los miles de filipinos que llegan para dar su último adiós al querido Cardenal Jaime Sin, Arzobispo Emérito de Manila, fallecido hoy a los 76 años de edad.
Según fuentes de la Iglesia Católica, el Purpurado falleció a causa de problemas renales y diabetes. Tenía tres días hospitalizado y falleció a las 06.30 a.m.(hora local) en el hospital Cardinal Santos Memorial Medical Center, en Manila.
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Sus problemas de salud le impidieron viajar a Roma en abril pasado para los funerales de Juan Pablo II y tampoco pudo participar en el Cónclave que eligió a Benedicto XVI.
La prensa local ha destacado hoy su papel de líder religioso en los momentos de mayor tensión en la historia reciente del país como el derrocamiento del dictador Ferdinand Marcos en 1986.
La presidenta filipina Gloria Arroyo lamentó su muerte y consideró que el Purpurado fue un "gran liberador del pueblo filipino que jamás dejó de unir a los filipinos en las batallas más cruciales contra la tiranía y el mal. Su sueño de una Filipinas unida en paz y justicia nos llevó a derribar la torre de Babel y a construir una nación única e indivisible”.
“Muchas veces fui guiada por su sabiduría y su profundo amor por los pobres y los oprimidos, pues él recibía su inspiración del pueblo como nadie más en su tiempo”, agregó.
La ex mandataria Corazón Aquino participó en la primera Misa de cuerpo presente, lo recordó como “un buen pastor” a quien siempre estará agradecida por su ejemplo. “Espero que podamos ser un poco como él, sirviendo a Dios, a nuestro país y a nuestra gente”, indicó Aquino.
Su vida
Hijo de un mercader chino y una filipina, el Cardenal Jaime Sin tuvo 15 hermanos. Nació el 31 de agosto de 1928, New Washington, diócesis de Kalibo, Filipinas.
Estudió en el Seminario de San Vincente de Paul de Jaro. Fue ordenado sacerdote en 1954, Jaro y elegido obispo en 1967. Fue nombrado Arzobispo de Jaro en 1972 y en 1974 asumió la Arquidiócesis de Manila. Fue creado Cardenal el 24 de mayo de 1976 por el Papa Pablo VI.