Desde la ventana de su estudio en el Palacio Apostólico, el Papa Benedicto XVI recordó ante los reunidos en la Plaza San Pedro que la caridad y la donación cristiana se nutren de la Eucaristía.
En su reflexión semanal con ocasión del Ángelus dominical, el Papa relacionó la donación cristiana con el sacramento de la Eucaristía y acentuó que “la atención amorosa de los cristianos hacia quien está en dificultad, y su compromiso por una sociedad más solidaria se alimentan continuamente con la participación activa y conciente en la Eucaristía”.
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“Quien se nutre de Cristo con fe asimila su mismo estilo de vida, que el estilo de un servicio atento. La caridad operosa es un criterio que comprueba la autenticidad de nuestras celebraciones litúrgicas”, indicó.
El Santo Padre recordó a los presentes la celebración de la Jornada Mundial del Refugiado, y sostuvo que la comunidad cristiana “se siente cercana a cuantos viven esta dolorosa condición; se esfuerza por sostenerlos y en diversos modos manifiesta su interés y su amor que se traduce en concretos gestos de solidaridad, para que quien se encuentra lejos de su propio país sienta a la Iglesia coma una patria donde nadie es extranjero”.
Asimismo encomendó a los hombres, mujeres y niños que viven la condición de refugiados “a la materna protección de María Santísima, quien, junto al esposo San José y al pequeño Jesús, conoció la amargura del exilio. Recemos a la Virgen Santísima para que nuestros hermanos y hermanas encuentren en su camino acogida y comprensión”.
Al finalizar, Benedicto XVI mencionó la clausura del Congreso Eucarístico en Varsovia, Polonia, y manifestó su deseo de que tal evento “contribuya a reforzar el espíritu de reconciliación fraterna, fundamento necesario para la edificación de la comunión de cuantos participan en la única mesa de Cristo”.