La defensa de la familia hizo historia en España. Más de un millón de personas llegadas a Madrid desde todos los rincones de España exigió al Gobierno no aprobar la equiparación legal de las uniones homosexuales con el matrimonio y la adopción de menores por ellas.
La mayor manifestación por la familia, el matrimonio y la infancia ocurrida en el país desbordó ampliamente las expectativas más optimistas en participación numérica y compromiso.
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Pese a que, como acostumbran sectores vinculados al Gobierno socialista en eventos opuestos a su agenda, la Dirección General de la Policía ofreció una cifra ínfima –estimó en 166 mil los asistentes–, el Foro Español de la Familia (FEF) registró un millón y medio de manifestantes, es decir, un millón más de lo previsto inicialmente por los organizadores.
Miembros de cientos de asociaciones familiares, educativas, de derechos humanos, partidos políticos de diversas tendencias, ciudadanos comunes, así como miles de feligreses de diferentes diócesis y miembros de movimientos eclesiales acompañados por una veintena de obispos, se reunieron desde tempranas horas de la tarde en la Plaza de Cibeles y marcharon luego hasta la Puerta del Sol bajo la presencia de dos globos aerostáticos que sostenían una pancarta gigante con el lema "La familia SÍ importa".
Por la familia, la libertad y la infancia
Tres enormes pancartas aglutinaban a los manifestantes. La primera de ellas, que rezaba “La familia SÍ importa” y llegó a Sol casi una hora después, fue seguida por dirigentes de asociaciones familiares, educativas, pro vida y plataformas ciudadanas. Representantes del FEF, la Federación Española de Familias Numerosas, la Unión Familiar Española, Europa por la Vida, Hazteoir.org, entre otras, encabezaron la marcha..
Tras una segunda pancarta, “Por el derecho a una madre y a un padre”, miles de feligreses, sacerdotes y religiosas marcharon acompañados por unos 20 obispos entre los que se encontraban los Arzobispos de Madrid y de Toledo, Cardenal Antonio María Rouco y Mons. Antonio Cañizares, respectivamente.
Detrás de una tercera que cerraba la marcha, en la que se leía la frase “Por la libertad”, se colocaron representantes de asociaciones educativas. Los participantes, procedentes de más de 40 ciudades, llegados por medios particulares, 600 autobuses, numerosos trenes, y 7 aviones que partieron de Baleares, Canarias y Melilla, se situaron indistintamente detrás de los tres telones.
Un mar humano portando carteles, pitos, gorras y banderas de España y el Vaticano, y que entonaba incesantemente cantos, vivas y gritos a favor de la familia, el matrimonio y el derecho de los niños a un padre y una madre, llegó al “kilómetro cero” recibido por cañonazos de confeti y globos multicolores.
Exigen protección del matrimonio
Al final de la marcha, transcurrida en un ambiente familiar, festivo, "con normalidad y sin incidentes", según informó la misma Dirección General de Policía, la periodista locutora de la Cadena COPE, Cristina López Schlichting, leyó un manifiesto en el que se recordó al Gobierno que la familia es la institución más prestigiosa entre los españoles, así como la más solidaria y eficaz. Se exigió al Ejecutivo la protección del matrimonio y los hijos, el respeto a los derechos de la infancia; la garantía de libertad educativa y el respeto a toda vida humana.
Tras su intervención, que arrancó una sonora salva de aplausos cuando proclamó la asistencia de "millón y medio" de personas, tomaron la palabra varios representantes de asociaciones familiares. Grupos musicales y de animación cerraron la manifestación.
Inútiles intentos de boicot
La estrategia del Gobierno por desvirtuar el evento no se limitó a ofrecer cifras muy por debajo de las que diferentes medios independientes registraron.
En las primeras horas de la tarde, el FEF recibió llamadas procedentes de autobuses con manifestantes camino de Madrid, denunciando que agentes de la Guardia Civil de Tráfico estaban desviando de su ruta a estos vehículos e incluso, algunos autocares procedentes de Valencia fueron detenidos para ser sometidos a registro.
Ante estas denuncias, el Foro recordó que con ocasión de la reciente manifestación contra la negociación con los terroristas de ETA se dio una situación similar y "hubo gente que se quedó en el autobús" sin poder asistir a la reunión. Para evitar sospechas y retrasos otros vehículos previamente advertidos retiraron cualquier signo externo de apoyo a la manifestación.
"No entiendo porque hay que quitar los carteles. No somos terroristas. Cuando hay partidos de fútbol no ocurre esto", señalaron desde el FEF. Asimismo, llamaron a la serenidad y a pedir que se recojan identificaciones de los agentes involucrados en estos hechos.