El Papa Benedicto XVI renovó el llamado de la Iglesia a la solidaridad mundial como desafío para aliviar el sufrimiento de los pueblos y buscar un reparto equitativo de los riquezas del planeta.
Al recibir las cartas credenciales de siete nuevos embajadores ante la Santa Sede, el Pontífice aseguró que para ayudar a los hermanos y hermanas "debemos responder al primero de esos desafíos: la solidaridad entre las generaciones, la solidaridad entre los países y los continentes, para un reparto cada vez más equitativo de las riquezas del planeta entre todos los seres humanos”.
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“Es uno de los servicios esenciales que las personas de buena voluntad deben rendir a la humanidad. La tierra tiene, en efecto, la capacidad para nutrir a todos sus habitantes a condición de que los países ricos no se queden con lo que pertenece a todos", indicó.
Según el Santo Padre, "nuestro mundo se enfrenta a numerosos retos que debe vencer para que el ser humano restablezca su primado sobre la tecnología y para que el justo destino de los pueblos constituyan el interés primordial de los que han aceptado la gestión de los asuntos públicos, no para ellos mismos, sino a favor del bien común. Nuestro corazón no puede estar en paz mientras veamos que nuestros hermanos sufren, por falta de alimento, de trabajo, de techo o de otros bienes fundamentales".
Asimismo, señaló que "la Iglesia no deja de recordar que todos los seres humanos deben prestar atención a que la fraternidad humana se realice a través de hechos concretos, tanto por parte de los individuos como de los gobiernos y de las instituciones internacionales”.
El Papa renovó el compromiso de la Iglesia con las poblaciones de todos los continentes, apoyando “las comunidades locales y de todas las personas de buena voluntad, especialmente en el ámbito de la educación, de la salud y de los bienes fundamentales".
Tras su saludo de bienvenida, en francés, el Papa entregó a cada uno de los diplomáticos un mensaje escrito centrado en la situación civil y religiosa del propio país.
Los nuevos embajadores son Elchin Oktyabar Oglu Amirbayov (Azerbaiyán), El Hadj Aboubacar Dione (Guinea), Antonio Ganado (Malta), Geoffrey Kenyon Ward (Nueva Zelanda), Joseph Bonesha (Ruanda), Jean-François Kammer (Suiza) y David Douglas Hamadziripi (Zimbabwe).
comprometerse en la creación de una civilización cada vez más fraternal