El Obispo de León y Presidente de la Conferencia Episcopal Mexicana (CEM), Mons. José Guadalupe Martín Rábago, señaló que si bien preocupa el número de católicos que cambian de religión, es más preocupante el aumento de mexicanos que se declaran “indiferentes” ante Dios.
El Prelado analizó el estudio realizado por el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, según el cual la población que declara no profesar ninguna fe, pasó de 1,6 por ciento en 1970, a 3,5 por ciento en 2000. Mientras que el porcentaje de no católicos aumentó tres veces desde los años ‘70s. La cifra subió de 3,8 por ciento en 1970, a 12 por ciento en el año 2000.
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El Obispo de León manifestó su preocupación, no sólo por los católicos que se unen a las sectas sino también por el creciente número “de los que se declaran simplemente indiferentes, es decir, de todos aquéllos que viven como si Dios no fuera importante en su vida, y en el fondo dicen: ‘Dios ¿para qué?. Dios es una hipótesis inútil’”.
Agregó que “es común que los católicos que se pasan a una secta, al poco tiempo se desilusionan, para finalmente terminar no creyendo en nada. Quedan en una situación de escepticismo y de desencanto generalizado, que a la Iglesia preocupa demasiado”.
El Presidente de la CEM manifestó que esta crisis se vive en todo el mundo y no sólo en México. Puso el caso de América Latina como ejemplo, en donde en los últimos años se ha registrado una disminución en la cantidad de fieles católicos.
Mons. Martín mencionó a Brasil y Colombia. En los últimos 10 años, el primero perdió al 10 por ciento de católicos mientras que el segundo contaría apenas con 50 por ciento de católicos en su población. Distinguió dos ámbitos en los que se produce el fenómeno: El rural, de las culturas indígenas, y el urbano, de personas universitarias o profesionistas.