Arzobispo Silvano Tomasi, Observador permanente de la Santa Sede en la Oficina de las Naciones Unidas en Ginebra (Suiza), señaló durante la 93º Conferencia Internacional del Trabajo que el nuevo mundo globalizado debe proporcionar empleo digno a los jóvenes.
“El camino hacia un trabajo justo y una vida justa en un mundo donde la globalización de la solidaridad esté a la orden del día –dijo el Arzobispo– parte de los hombres y de las mujeres jóvenes y de la promoción de su empleo”.
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“Conseguir trabajos dignos para la gente joven se traduce en beneficios sustanciosos. La creatividad de los jóvenes, reforzada por una cultura técnica adecuada y por un sentido concreto de responsabilidad, compensa con creces su falta de experiencia y puede ofrecer incluso trabajos adicionales a través de las microempresas que pueden poner en marcha si se les conceden los préstamos oportunos”, explicó el Nuncio.
El Arzobispo citó después las palabras que Benedicto XVI dirigió a los trabajadores el 1º de mayo de 2005: “La solidaridad, la justicia y la paz deberían ser los pilares sobre los que se construya la unidad de la familia humana”.
“La creación de trabajos buenos para todos en un mundo sostenible –prosiguió– es desde hace mucho tiempo una base común para un diálogo fructífero entre la Conferencia Internacional del Trabajo y la doctrina social de la Iglesia”.
Mons. Tomasi explicó además que la dignidad de todo ser humano “requiere que el acceso al trabajo se produzca en condiciones de seguridad personal, de salud, de sueldo adecuado y de ambiente seguro”.