En su última carta semanal, el Arzobispo de Valencia, Mons. Agustín García-Gasco, afirmó que “la ignorancia, el desprecio o la animadversión contra el matrimonio y la familia conllevan funestas consecuencias para el futuro de la sociedad, para el fundamento de la convivencia democrática y para el bienestar y la felicidad de las personas”.
En su misiva, publicada a pocos días de la manifestación convocada por el Foro Español de la Familia para este 18 de junio en Madrid, el Prelado afirmó que “manifestarse a favor de que se respete la alianza conyugal entre el varón y la mujer, de que se apueste por las familias con un sólido fundamento matrimonial indisoluble, es manifestarse para el bien de todos, para el bien de la humanidad”.
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“Sólo quienes se sitúan como enemigos del conocimiento y de la libertad se apresuran a censurar o coaccionar la libertad de quienes tienen propuestas para mejorar la sociedad”, aseguró Mons. García-Gasco en su carta titulada “El reto de una sociedad más humana”.
“El Santo Padre, y los obispos con él, miramos con profunda preocupación cómo se introduce la confusión sobre lo que es el matrimonio, cómo se deforma la comprensión de la complementariedad varón/mujer, cómo se tergiversa el verdadero sentido de la educación de la sexualidad, cómo nos alejamos de la justa complementariedad entre familia, sociedad y poder político”, señaló.
Sin embargo, el Arzobispo sostuvo que “el compromiso de los cristianos por la defensa del matrimonio y la familia es un mensaje constructivo y propositivo que en nada coincide con el desprecio o la desconsideración hacia los derechos de las personas”.
Al respecto, el Prelado subrayó que “manifestarse a favor de que se respete la alianza conyugal entre el varón y la mujer, de que se valore su insustituible función en la procreación, crianza y educación de los hijos, de que se apueste por la promoción de las familias con un sólido fundamento matrimonial indisoluble, de que se aliente a los jóvenes a crear familias alegres, esperanzadas y fecundas, es manifestarse para el bien de todos, para el bien de la humanidad”.
Tras resaltar que la defensa del matrimonio y la familia “no se reduce ni a un momento ni a una acción concreta, por importante que pueda resultar en un determinado momento”, el Arzobispo precisó que se trata de “un compromiso que acompaña todo un estilo de vida que afirma sin rodeos: sí al valor de las personas; sí a la vida; sí a la igualdad y a la complementariedad entre el varón y la mujer; sí a educar la sexualidad sin encerrarla en el egoísmo; sí al bien y a los derechos del niño y de la niña por encima de los intereses de terceros; sí a las políticas que facilitan trabajo y vivienda dignos para todas las familias; sí a una solidaridad entre las familias, especialmente con los refugiados y los inmigrantes; sí al cuidado de los más débiles y desprotegidos en el seno de la comunidad familiar; sí a la libertad religiosa de las personas para dar un sentido trascendente a sus relaciones y a su familia; sí a una sociedad con futuro y con amor”.
son muchos los que las critican sin conocerlas