El Semanario, publicación del Arzobispado de Guadalajara, advierte en su edición del 5 de junio que el proyecto de ley que busca legalizar la eutanasia en México sólo contribuye a que la cultura de muerte se asiente y es una muestra más de que “hay algo que está podrido” en el país.
En su página editorial, El Semanario recuerda la advertencia que hiciera el Arzobispo de México, Cardenal Norberto Rivera Carrera, de que “en el país hay algo que está podrido y en mal estado”, y explica que ésta se refiere “a esa cultura de la muerte que va permeando a diferentes grupos sociales” y se palpa “particularmente en la impunidad y en la injusticia”.
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Indicó que aunque el Purpurado no puso ejemplos, “éstos se deducen de manera obvia”. “La iniciativa de legisladores del PRD abona esa cultura de la muerte, pues pretenden darle cabida a la eutanasia legal, es decir, quieren matar con autorización”, agrega.
“Está claro –indica el texto– que no se tiene la obligación de prolongar la vida de una persona cuando se deben aplicar medios extraordinarios para conservarla, o cuando el gasto económico es desproporcionado” para la familia y no hay “alguna probabilidad real de salvar la vida”, pero –señala El Semanario– esto “dista mucho de la propuesta perredista de aplicar la ‘dulce muerte’ a un paciente”.
El artículo señala que “no sorprende de quién viene la idea”, pero indica que “resulta difícil entender la celeridad de algunos políticos por querer atar todo a la ley humana, aunque se ponga en entredicho la ley natural”.
Por otro lado, el editorial también denuncia la incontrolada “deuda de varios gobiernos estatales”, así como la costosa “publicidad invertida por el Estado de México” que repite constantemente las obras del gobernador, “en campaña por la candidatura de su partido a la Presidencia de la República”. El texto señala que todo eso “lo pagarán los gobernados” con sus impuestos.
Asimismo, El Semanario cuestiona la toma de plazas por grupos que “llevan meses, estancados” y que permanecen en el lugar “sin trabajar, en protesta” por más de un año. Añade que aunque se tratasen de reclamos justificados, “¿quién paga tan costoso aparcamiento por tiempos tan prolongados?”.
“Muchas cosas están podridas –señala–. Ya es tiempo de tirarlas a la basura, antes de que pudran ‘todas las manzanas’”.
degenera toda verdad