Fiel a una antigua tradición, el último campeón de la Liga Española de Fútbol, el FC Barcelona, ofreció el recién conquistado título liguero a la Virgen de Montserrat, Patrona de cataluña, en un acto al que asistió la directiva azulgrana y el comando técnico.
El presidente de la entidad catalana, Joan Laporta, hizo la ofrenda en la Abadía de Montserrat, acompañado por el entrenador holandés Frank Rijkaard y el secretario técnico, Aitor "Txiki" Beguiristain.
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Los dirigentes barcelonistas Ferran Soriano, Xavier Cambra y Toni Rovira integraron la comitiva que participó del ofrecimiento del 17º título obtenido en la Liga ante la "Moreneta", nombre con que se conoce a la Virgen de Montserrat, por el color negro de la madera en la que está tallada. Los jugadores no estuvieron presentes por encontrarse de vacaciones luego de la temporada 2004-2005.
Aunque, la celebración del último título no siguió los tradicionales festejos que el club realizaba en ocasiones anteriores, cuando los deportistas visitaban a la Virgen María en la basílica de la Merced y la plaza de Sant Jaume, sede del ayuntamiento de la Ciudad Condal y del Gobierno Autonómico de Cataluña, el club catalán no quiso perder la práctica religiosa de victorias anteriores enviando a una comitiva visitar a Nuestra Señora de Montserrat.
Después de ser recibida por el abad, a quien entregaron una réplica de la Copa de la Liga, la delegación azulgrana asistió a una recepción privada, y escuchó el canto de la Salve, interpretado por la Escolanía de Montserrat.
Finalmente, la comitiva posó para los fotógrafos con los niños de la Escolanía, vestidos de blanco mientras cantaban el himno azulgrana ante la sonrisa cómplice de Laporta y el gesto tímido de Rijkaard. Tras la sesión fotográfica, los jóvenes cantores de entre 10 y 14 años de edad, –algunos de los cuales llevaban camisetas barcelonistas bajo el hábito para que se las firmaran– dialogaron amenamente con la delegación del club catalán.