En una carta publicada hoy, el Arzobispo de Quito, Mons. Raúl Vela, explicó a los feligreses de su jurisdicción que el retorno a España de dos párrocos que reemplazaron su labor pastoral por reivindicaciones sociales se ajusta al Derecho Canónico, y recordó que “una parroquia no es un partido político, un sindicato o una ONG. Su esencia y sus métodos son diversos”.
A pocos días del escándalo protagonizado por los dos sacerdotes, que –convertidos en líderes políticos– organizaron a su feligresía para protestar violentamente contra su remoción, el Arzobispo y el Consejo de Presbiterio de Quito indicaron que estos hechos “han herido profundamente a la comunión de nuestra Iglesia”.
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Los hechos ocurrieron en la parroquia Santa María del Inti y los sacerdotes implicados fueron identificados como Miguel Olmedo y José Luis Molina, procedentes de Jerez, España.
“Hemos preferido mantener respetuoso silencio, limitándonos a aclaraciones solicitadas por algunos medios de comunicación. Hoy creemos necesario informar a los fieles católicos de lo sucedido y pedirles que en la verdad, la fraternidad y la oración, fortalezcamos la unidad como nos lo ordeno Jesús: ‘Que todos sean uno’”, explicaron.
La carta aclara que el Arzobispo nombró un nuevo párroco, como ocurre en cualquier parte del mundo, “de acuerdo a las disposiciones del código de Derecho Canónico” y el Obispo de Jerez pidió a Molina y Olmedo retornar a su diócesis.
Asimismo, lamenta que en la casa parroquial de Santa María del Inti se haya establecido, “sin que exista expresa autorización de la Arquidiócesis, una ‘escuela particular, laica y aconfesional’”.
El texto precisa que ha concluido la cooperación pastoral entre la diócesis de Jerez y la Arquidiócesis de Quito y por lo tanto la misión pastoral en Quito de los sacerdotes Olmedo y Molina.
Sobre la actitud de los sacerdotes, identificados con la teología de la liberación marxista y acusados de prescindir incluso de la celebración de la Misa por apoyar causas sociales, la carta aclara que “la Parroquia está en primer lugar al servicio de la palabra de Dios que es su dimensión fundamental y a partir de la Eucaristía, fuente y cumbre de la vida de los fieles, proyecta su actividad misionera y social en el mundo. Esta dimensión espiritual es central y fundamental, sin ella la Iglesia y sus estructuras dejan de ser la comunidad de discípulos queridas por Jesús”.
También precisa que “una teología fundada en la liberación de toda esclavitud espiritual y material, liberación proveniente de Cristo el Redentor, no sólo que es admisible sino necesaria y compromete a todos los católicos a trabajar por un mundo más humano, más justo y solidario”.
Además, sostiene que ahora “corresponde a los actuales directivos de la Escuela Inti y a los padres de familia resolver libremente qué escuela quieren: particular laica o parroquial” y aclara que sólo de ser parroquial, la Arquidiócesis asumirá su responsabilidad.
Finalmente, el Arzobispo y el clero local piden “que los dolorosos incidentes sufridos nos impulsen a todos los discípulos de Jesús para que con renovado entusiasmo, en plena comunión con el Papa y los Obispos, trabajemos juntos, anunciando el Reino de Dios, Reino de santidad, de justicia, de amor y de paz, con particular predilección, como lo hizo el Señor Jesús por los mas pobres”.