Los sacerdotes homosexuales anglicanos podrán “casarse” con sus parejas, según lo establece una propuesta liderada por el Arzobispo de Canterbury, Rowan Williams, siempre y cuando se abstengan de sostener relaciones sexuales, es decir, se mantengan célibes.
La decisión aseguraría a los clérigos homosexuales, –hombres y mujeres– por un lado todos los beneficios civiles de las parejas homosexuales “casadas” y por otro lado el ejercicio como sacerdotes o sacerdotisas de la comunión anglicana.
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La única condición para acceder a esta nueva normativa está supeditada a la promesa, que deben hacer ante el obispo local en entrevista personal, de no mantener relaciones sexuales con sus respectivas parejas, de acuerdo a lo establecido por los documentos anglicanos sobre sexualidad de 1991, en los que se prohíbe las relaciones sexuales para los sacerdotes y sacerdotisas homosexuales.
Algunos obispos se oponen a estas entrevistas. Recientemente uno de ellos dijo que “todos (los obispos) tenemos clérigos gays en nuestras diócesis y me parece reprochable que tengamos que hacerles la vida más difícil”.
La propuesta, que fue redactada por el obispo de Norwich, Graham James, fue presentada con el título Declaración pastoral sobre compañeros civiles. Además, fue discutido y aprobado provisionalmente la semana pasada y se espera que el documento final sea redactado por la casa de obispos, instancia superior del sínodo general de la iglesia anglicana.
Algunos clérigos ya han manifestado su deseo de acogerse a las nuevas disposiciones, como Debbie Gaston, una pastora lesbiana de Brighton. Ella y su “novia” Elaine Cook, desean unirse civilmente. La pareja de lesbianas era originalmente bautista, pero ahora pertenece a la iglesia metropolitana comunal, cuyos miembros son básicamente gays y transexuales.