El Obispo de San Cristóbal, Mons. Mario Moronta, recordó a los venezolanos que “celebrar, adorar y contemplar” son las tres actitudes que los católicos deben observar en cada Eucaristía.
Durante su visita al Santuario del Santo Cristo de la Grita, Mons. Moronta reflexionó sobre la importancia de la Eucaristía en la vida de cada cristiano, el papel del celebrante, el cuidado de la liturgia y la actitud de los fieles.
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Según el Obispo, “es un error pensar que la celebración es sólo del sacerdote. Él es esencial para que pueda realizarse; pero todos los demás participan de la celebración. No como meros espectadores de un drama o de un acto recordatorio. Los mismos ritos nos permiten introducirnos en el hecho de la celebración”.
Asimismo, advirtió que “hay un tiempo y un lugar para la celebración, a fin de que todos puedan participar adecuadamente” y “más que cumplir una norma, la celebración es una necesidad y algo más: es un hecho esencial del que no puede prescindir ningún cristiano ni ninguna comunidad eclesial”.
“La norma existe para ayudar a los creyentes. Pero muy importante es el hecho de que celebrar es hacer memoria, es conmemorar un misterio de fe”, explicó.
Según Mons. Moronta, “la celebración se prepara a lo largo de los días, con la familia, con la comunidad, con la propia vida. Se prepara haciendo realidad lo que ella encierra, la centralidad del misterio de Cristo en la propia existencia. Y luego se continúa, al llenar de su fuerza de comunión y salvación todos los actos y realidades de la propia existencia personal y comunitaria”.
Asimismo, advirtió que “la adoración comienza en el mismo momento cuando comienza la celebración” y aclaró que “esto hace que los ritos de toda la primera parte sean realizados con dignidad: una adecuada y seria proclamación de la Palabra de Dios, una respetuosa explicación de la misma en la homilía; una seria participación en los otros ritos y oraciones”.
Además recordó que “todo acto de fe debe conducir a la contemplación”. “Contemplar es consecuencia de celebrar y adorar. Si de verdad celebramos seriamente la Eucaristía y no reducimos la celebración a un mero conjunto de ritos que hay que cumplir, de seguro terminaremos contemplando”, indicó.
Para el Obispo “en nuestra sociedad, es importantísimo que nos abramos a la dinámica del contemplar. Todo pasa rápido y no tenemos tiempo de disfrutar una imagen, un paisaje. Podemos volver a ellos, gracias a la fotografía o a la película... pero no se nos invita a contemplar”.
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