Una multitud de fieles católicos, especialmente miembros de la familia salesiana, honran hoy a María Auxiliadora en la ciudad de Asunción, Paraguay.
La fiesta de María Auxiliadora es un acontecimiento muy arraigado a la religiosidad de los paraguayos. Su devoción en este país se remonta a más de 100 años, cuando Mons. Luis Lasagna pisó tierra paraguaya e invitó a los fieles a invocar su nombre, especialmente en los momentos difíciles.
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La congregación salesiana ha preparado un nutrido programa para honrar a su protectora, no solamente venerada por los religiosos salesianos, sino también por decenas de millares de alumnos y ex alumnos formados en sus escuelas, quienes hoy renovarán su amor y devoción filial a la Madre de Dios.
Los actos celebrativos culminarán el domingo con una gran procesión, seguida por la misa que presidirá el Arzobispo de Asunción, Mons. Eustaquio Pastor Cuquejo, en las que se espera la nutrida participación de numerosas instituciones salesianas, al igual que de los movimientos y asociaciones que tienen a la Virgen como su protectora.
Historia
La historia del establecimiento de la fiesta de María Auxiliadora se remonta a la época de Napoleón Bonaparte, quien al asumir el poder, restableció el catolicismo en Francia: anuló las leyes revolucionarias de proscripción y permitió a los sacerdotes regresar a sus iglesias devolviendo catedrales, parroquias y seminarios a los obispos. Sin embargo, embriagado por sus triunfos y ambición desordenada, exigió al Papa Pío VII algunas cosas que el Pontífice no podía conceder, dando lugar a nuevos conflictos con la Iglesia.
El Papa fue hecho prisionero en el castillo de Fontainebleau por el emperador francés y, durante los cinco años que estuvo preso, dedicaba especialmente una parte del tiempo de sus oraciones a María Santísima, Auxilio de los cristianos, para que protegiese a la Iglesia, perseguida, desgobernada y desamparada. Los ruegos del Papa fueron escuchados y en 1814 Napoleón firma su abdicación. En 1815, cuando la Iglesia había recuperado su posición y poder espiritual, el Papa, para manifestar el agradecimiento de todo el orbe católico a la Virgen María, bajo su advocación de auxilio de los cristianos y como expreso reconocimiento de la infalible protección de la Madre de Dios, instituyó la fiesta de María Auxiliadora el día 24 de mayo para perpetuar el recuerdo de su entrada triunfal a Roma al volver de su cautiverio en Francia.