La Conferencia Episcopal Española (CEE) publicó hoy una nota oficial en la que recuerda que los católicos no pueden votar a favor de la eventual ley que equiparará las uniones homosexuales con el matrimonio porque contradice la razón y la moral.
En una enérgica nota del Comité Ejecutivo de la CEE, los obispos sostienen que de promulgarse la ley –ya aprobada por la Cámara de Diputados y que será sometida a votación en el Senado– "carecería propiamente del carácter de una verdadera ley, puesto que se hallaría en contradicción con la recta razón y con la norma moral", en su aplicación "no tiene fuerza de obligar a nadie" y "cada cual podrá reivindicar el derecho a la objeción de conciencia".
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Los obispos afirman que es su deber "hablar con claridad cuando en España se pretende liderar un retroceso en el camino de la civilización con una disposición legal sin precedentes y gravemente lesiva de derechos fundamentales del matrimonio y de la familia, de los jóvenes y de los educadores".
Los obispos precisan que "oponerse a disposiciones inmorales, contrarias a la razón, no es ir en contra de nadie, sino a favor del amor a la verdad y del bien de cada persona".
Asimismo, aclaran que la futura ley "supondría una flagrante negación de datos antropológicos fundamentales y una auténtica subversión de los principios morales más básicos de orden social". "Esa unión es en realidad una falsificación legal del matrimonio, tan dañina para el bien común, como lo es la moneda falsa para la economía de un país", sostienen.
El Episcopado lamenta "el perjuicio que se causará a los niños entregados en adopción a esos falsos matrimonios y en los jóvenes a quienes se dificultará o impedirá una educación adecuada para el verdadero matrimonio".
También advierte que "no es verdad que esta normativa amplíe ningún derecho, porque la unión de personas del mismo sexo no puede ser matrimonio. Lo que se hace es corromper la institución del matrimonio".
Los obispos dicen que piensan "también en las escuelas y en los educadores a quienes, de un modo u otro, se les exigirá explicar a sus alumnos que, en España, el matrimonio no será ya la unión de un hombre y de una mujer".
“La ley que se pretende aprobar carecería propiamente del carácter de una verdadera ley, puesto que se hallaría en contradicción con la recta razón y con la norma moral", agregan y precisan que “la función de la ley civil es ciertamente más limitada que la de la ley moral, pero no puede entrar en contradicción con la recta razón sin perder la fuerza de obligar en conciencia".
“Los católicos, como todas las personas de recta formación moral, no pueden mostrarse indecisos ni complacientes con esta normativa, sino que han de oponerse a ella de forma clara e incisiva", indican.