El Arzobispo de Lima, Cardenal Juan Luis Cipriani, aseguró a los peruanos que “el Papa Benedicto XVI es un regalo de Juan Pablo II, lo queríamos desde antes”, y anticipó que “ahora lo queremos más porque es fácil ver reflejado en él a Juan Pablo II”.
En su primera Misa después de participar en el Cónclave, el Purpurado agradeció la oración de todos los creyentes y pidió a los fieles que continúen rezando por el Santo Padre. “No lo dejemos solo, acompañémoslo con nuestros rezos”, señaló.
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El Purpurado presidió en la Catedral de Lima una Eucaristía por la solemnidad de Santo Toribio de Mogrovejo, patrono de los obispos latinoamericanos, e hizo extensiva la bendición de Benedicto XVI al pueblo peruano.
Asimismo, anunció que la arquidiócesis de Lima tendrá en los próximos días un recuerdo muy especial de Juan Pablo II, ya que recibirá una de las sotanas blancas que usaba en sus viajes y en su trabajo diario.
Al recordar al difunto Pontífice Peregrino, el Cardenal Cipriani destacó la unión que su deceso causó en la humanidad y le agradeció la labor realizada en sus 26 años como Pastor de la Iglesia.
“Esto es una muestra de santidad... hemos comprobado ese milagro porque no existe explicación para que la muerte de un hombre de 84 años, que ha pasado por la tierra hablando la verdad y haciendo el bien, sea sentida por millones... Juan Pablo II le ha dado novedad a ese querer ser santos, con la alegría, gozo, felicidad, sencillez y juventud que irradiaba”, indicó.
Luego de la Santa Misa se realizó la procesión de las reliquias de Santo Toribio, que fue acompañada por los fieles. Con estas actividades se inició la preparación para la conmemoración de los 400 años del tránsito del Santo a la gloria del cielo, que se cumplirán en el año 2006.