En la última Misa de los novendiales en sufragio del Papa Juan Pablo II, el Cardenal Protodiácono Jorge Arturo Medina Estévez, Prefecto emérito de la Congregación para el Culto Divino y los Sacramentos, afirmó que el corazón de Juan Pablo II, imagen fiel del Buen Pastor, se asemejaba al Corazón de Jesús.
El Purpurado chileno –que será anuncie al mundo entero el “Habemus Papam”– comenzó su homilía haciendo de interlocutor de la Iglesia, afirmando que “nuestro sentimientos hacia él son de gratitud, de veneración y de alegría, por la gracia de haber vivido una parte importante de nuestra peregrinación terrena bajo la guía de este eximio pastor, imagen fiel de Aquél que es el Buen Pastor y guardián de nuestras almas”.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
El Cardenal recordó cómo Juan Pablo II celebraba la Eucaristía: Los que hemos observado cómo Juan Pablo II celebraba la Santísima Eucaristía, hemos tenido la clara percepción de cómo para él la ofrenda de su vida, unida a la ofrenda de Jesús, era el centro de su existencia. Juan Pablo II ha sido verdaderamente un hombre eucarístico, modelado por el ejemplo de la Virgen María”.
Tras destacar su magisterio, su dedicación apostólica, su amor por los pobres, su preocupación por la paz, su “predilección por los jóvenes y por las familias” y “su incansable defensa de la vida”, entre otros aspectos del Pontífice, el Cardenal afirmó que “verdaderamente, el corazón de Juan Pablo II se asemejaba al Corazón de Jesús”.
También recordó su conciencia de la Misericordia de Dios: “Juan Pablo II fue muy conciente de la necesidad de todo hombre de confiar en la misericordia de Dios, y fue esta la convicción la que lo llevó a establecer como domingo de la misericordia el segundo domingo de Pascua. Era esta misma convicción la que lo hacía, cada Viernes Santo, bajar a esta Basílica para administrar el sacramento de la Penitencia”.
Al final de su homilía el Cardenal Medina se dirigió al difunto Papa diciendo: “¡Juan Pablo II, siervo fiel y prudente, entra por los méritos de Jesucristo en el gozo de tu Señor!. Adóralo, contempla su rostro, lleva su nombre sobre tu frente. ¡No habrá para ti más noche y no tendrás jamás necesidad de luz de lámpara o de sol, porque el Señor Dios te iluminará y reinarás con todos los santos, por los siglos de los siglos!”.