El Obispo de Cartagena y Arzobispo electo de Zaragoza, Mons. Manuel Ureña, afirmó que los padres son los principales transmisores de la cultura de la vida, la educación de los niños depende de ambos y la Iglesia y el Estado sólo pueden participar a petición de éstos.
Durante la clausura del 26º Simposio Internacional de Teología de la Universidad de Navarra, el Prelado señaló que “la educación de los hijos exige siempre de un padre y una madre”, porque a través de ambos el niño “toma conciencia de su identidad”.
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“La familia es el lugar donde se cultiva la verdad y el bien, el sentido de justicia, el valor intangible de la vida, la solidaridad y el verdadero amor”, explicó Mons. Ureña.
El Prelado pidió combatir “las falsas concepciones acerca de la familia” que pretenden hacer creer que existen “varias versiones”, cuando su base está en el matrimonio entre un hombre y una mujer.
El Arzobispo electo de Zaragoza advirtió sobre los peligros que afronta la potestad de los padres de educar a sus hijos.
“Hoy existen tres frentes que hay que abordar: la educación naturalista, basada en que el niño aprenderá por sí solo; el absentismo educativo de los padres, debido a su excesiva inmersión en su tarea profesional (...); y la invasión del Estado en la educación”, señaló.
El Prelado indicó que “los padres comparten la educación de sus hijos con la Iglesia y el Estado”, pero que cualquier colaboración debe contar con su consentimiento y ser “a petición de éstos”.
Con respecto a la educación religiosa, Mons. Ureña explicó que “los padres son los primeros mensajeros del Evangelio”.
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