Cuando esta mañana, los restos del Papa Juan Pablo II fueron sepultados en la cripta vaticana, su ataúd incluyó algunos objetos contemplados en el rito fúnebre. Uno de los más llamativo fue el “rogito”, un tubo de plomo con dos hojas de pergamino que presentan su vida "como santa, testimonio de piedad y paternidad".
Según algunas agencias internacionales, el contenido trascendió tras la lectura de este documento por parte del Maestro de Ceremonias Pontificias, Mons. Piero Marini, antes que se cerrara el sencillo ataúd de ciprés con la cruz y la “M” de María impresas. La descripción del “rogito” termina con la frase "Juan Pablo II ha dejado a todos un testimonio de piedad, vida santa y paternidad universal".
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El texto, que queda para la posteridad, fue firmado por todos los cardenales que asistieron al acto, el Camarlengo, Eduardo Martínez Somalo; el Secretario de Estado, Angelo Sodano; el arcipreste de la basílica vaticana, Francesco Marchisano; el vicario de Roma, Camillo Ruini; el Decano del Colegio Cardenalicio, Joseph Ratzinger; el Prefecto de la Casa Pontificia, Mons. James Harvey; y el secretario del Papa, Mons. Stanislao Dziwisz.
El “rogito” comienza con la fecha y hora de la muerte del Papa Juan Pablo II, 2 de abril de 2005 a las 21:37, y añade "que pasó de este mundo al Padre acompañado de la toda la Iglesia y especialmente de los jóvenes. Juan Pablo II ha sido el Papa número 264 y su memoria permanece en el corazón de la Iglesia y de la entera humanidad".
Luego, el texto cuenta la vida de Karol Wojtyla, su origen polaco y las dificultades que libró en su formación sacerdotal debido a la persecución de las fuerzas de ocupación nazi, “por lo que tuvo que trabajar en una mina y después en la fábrica química de Solvay".
La biografía cita momentos específicos de su vida: En 1942 acudió a un seminario católico clandestino. En 1946 fue ordenado sacerdote. En 1958 el Papa Pío XII lo nombró Obispo Auxiliar de Cracovia. Pablo VI le nombró arzobispo, y en 1967 fue creado cardenal.
El “rogito” reconoce que "el Pontificado de Juan Pablo II ha sido uno de los más largos de la historia. En este periodo, bajo varios aspectos, se han producido muchos cambios –como la caída de algunos regímenes– en los que él mismo contribuyó. Con el objetivo de anunciar el Evangelio, realizó numerosos viajes a varias naciones y más que ningún otro Papa anterior se ha reunido con el Pueblo de Dios, con los responsables de las Naciones, en las celebraciones, en las audiencias y en las especiales visitas pastorales".
Uno de los pasajes está dedicado al especial afecto del Papa por los jóvenes y la instauración de las Jornadas Mundiales de la Juventud, reuniendo millones de jóvenes en varias partes del mundo.