El Obispo de Segorbe-Castellón de la Plana y Presidente de la Subcomisión Episcopal para la Familia y la Vida, Mons. Juan Antonio Reig Pla, señaló que la actitud del Papa Juan Pablo II ante su muerte ha despertado una revolución en las conciencias que se ha demostrado en la enorme cantidad de personas que acuden a rezar, confesarse y que quieren despedirlo. “Es muy importante aprender a morir y esa es la última lección que nos ha dejado el Papa”, anotó.
Durante la inauguración del 26º Simposio Internacional de Teología en la Universidad de Navarra titulado “Sociedad contemporánea y cultura de la vida”, el Prelado explicó que la última y gran lección que el Pontífice brindó al mundo ha sido su forma de morir "lo ha afrontado con toda serenidad, ha rezado, ha invocado el nombre de la Virgen María, no ha querido perder la conciencia y nos ha enseñado a todos como esperar la muerte", indicó.
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Mons. Reig Pla manifestó que la respuesta social ante la muerte de Juan Pablo II, cuyo cuerpo está siendo velado por millones de personas, es una muestra irrefutable de todo lo que ha despertado el Papa durante su Pontificado y es también una respuesta de gratitud ante su incansable trabajo como verdadero apóstol mundial.
“La respuesta masiva puede ser un signo claro de la añoranza de lo religioso en el corazón del hombre y de la mujer”, resaltó y agregó que el Santo Padre deja una “herencia considerable ya que no hay problema planteado que no haya sido tratado en sus cartas encíclicas, exhortaciones apostólicas, sínodos y viajes apostólicos”.
“Tenemos un legado importantísimo para que el nuevo Papa y nuevos pastores podamos afrontar la realidad de lo que se presenta”, añadió.
El Prelado destacó la gran labor realizada por Juan Pablo II en cuanto al diálogo ecuménico habiéndose dado pasos de gigante en el acercamiento con otras confesiones religiosas. “Ese es el camino que nos deja y por ahí tendrá que continuar la Iglesia y el nuevo Papa”, concluyó.