Importantes líderes evangélicos estadounidenses alaban la figura y el papel del Papa Juan Pablo II, luego de su tránsito a la casa del Padre, ocurrido el pasado 2 de abril.
Uno de estos líderes evangélicos es Billy Graham, quien a sus 86 años ensalza al Santo Padre por su invalorable e histórico aporte para la humanidad, “su coraje y perseverancia ante la edad y la enfermedad creciente fueron una inspiración para millones, incluido yo mismo” y agrega que “es incuestionablemente la voz con más influencia a favor de la paz y la moralidad en el mundo en los últimos 100 años”.
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Graham señala que “sus dones extraordinarios, su fuerte fe católica, y su experiencia de la tiranía y el sufrimiento humanos en su Polonia natal le dieron forma. Fue respetado por hombres y mujeres de todo trasfondo concebible en el mundo y es uno de esos escasos individuos cuyo legado permanecerá después de su marcha”.
Otro importante líder de la comunidad evangélica en Estados Unidos es el reverendo Rob Schenck, actual presidente del Consejo Nacional de clérigos y hasta hace un tiempo miembro y ministro de la junta de la alianza de la iglesia evangélica, quien declara que “si los evangélicos como yo hubiéramos proclamado a un Papa como nuestro, hubiera tenido que ser Juan Pablo II. (...) Este Papa hizo mucho más que persona alguna en la historia eclesial para lograr que quienes creemos en la Biblia hiciésemos causa común con los católicos, laicos y religiosos”.
Schenck recuerda que “una de sus citas favoritas de Juan Pablo II es aquella de su encíclica Ut unum sint ‘que todos sean uno’” y añadió que “la santidad de la vida humana, la santidad del matrimonio y la familia y el público reconocimiento de nuestra fe son cosas que realmente importan en estos tiempos: todas son defendidas por católicos y evangélicos”. Finalmente expresó su profundo cariño para el Pontífice al indicar que “como evangélico, extrañaré muchísimo a Juan Pablo II”.