El Arzobispo de San Antonio, Mons. José H. Gomez, y sus Obispos auxiliares, Mons. Patrick J. Zurek y Mons. Thomas J. Flanagan afirmaron que “el fin de la vida de una persona está en las manos de Dios” al emitir un comunicado sobre la muerte de Terri Schindler-Schiavo, ocurrida el jueves.
El comunicado expresa el acompañamiento espiritual de los prelados “con la familia y amigos de Terri Schiavo, y todos aquellos que lucharon valientemente para salvarla” y añaden que “ha sido demoledor observar estos últimos días como le quitaban la vida. Retirarle el tubo de alimentación ha sido práctica de eutanasia. El fin de la vida de una persona está en las manos de Dios, y dado que es un asunto fundamental de valor moral, creemos que debe mantenerse así”.
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Los obispos recordaron que “el Papa Juan Pablo II ha dicho claramente que ‘aún nuestros hermanos y hermanas que se encuentran en ‘estado vegetativo’ conservan la totalidad de su dignidad humana’. También nos recuerda que ‘los enfermos que en estado vegetativo esperan su recuperación o su muerte natural, todavía tienen el derecho a recibir los cuidados básicos como nutrición, hidratación, calor, etc.’”
Mons. Gómez y sus obispos auxiliares señalan que la trágica e innecesaria muerte de Terri Schiavo “ha generado un clima favorable para un vigoroso y urgente esfuerzo por restaurar el valor de la vida en nuestra sociedad, en todas sus etapas y circunstancias. Oramos para que la gente de buena voluntad aproveche esta oportunidad para que declaren su apoyo a la vida, desde la ‘concepción’ hasta la muerte natural”.
amar la vida en todas sus etapas