El Papa Juan Pablo II, que por su estado de convalecencia no puede participar de las celebraciones del Triduo Pascual, envió hoy un mensaje a los fieles que fue leído durante la Misa de la Cena del Señor en la Basílica Vaticana.
El Santo Padre, que viene siguiendo las celebraciones por televisión, según dio a conocer la Santa Sede, dice en el mensaje:
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“¡Queridos hermanos y hermanas!
Con la mente y con el corazón estoy cerca de ustedes, reunidos cerca de la tumba del Apóstol Pedro para la Santa Misa in Cena Domini, que constituye el primer acto del Triduo Pascual, culmen del año litúrgico.
Os saludo con gran afecto y, en modo especial, saludo y agradezco al Cardenal Alfonso López Trujillo, que preside la solemne celebración. Un pensamiento de particular deferencia dirijo al Cuerpo Diplomático.
Es esta noche del Jueves Santo, Cristo nos invita a regresar espiritualmente con Él al Cenáculo, para hacernos entrar con profundidad en el misterio de su Pascua. En la Vigilia de su muerte, Él cumple dos signos, que cada año se renuevan en la liturgia.
Lavó, primero, los pies de los Apóstoles, queriendo darles el ejemplo de un amor que se hace humilde y concreto servicio.
Después consagró el pan y el vino, cual sacramento de su Cuerpo y de su Sangre, dados en sacrificio por nuestra salvación. Y precisamente al sacramento de la Eucaristía he querido dedicar el año que estamos viviendo: este encuentra en la presente celebración un momento altamente significativo.