Las celebraciones del Santo Triduo Pascual comenzaron hoy en el Vaticano con la Misa Crismal presidida por el Cardenal Giovanni Battista Re, Prefecto de la Congregación para los Obispos, quien durante la homilía agradeció al Papa Juan Pablo II por su “sereno abandono en Dios” y llamó a la renovación del sacerdocio.
El Cardenal Re hizo referencia a la importancia del Jueves Santo para los sacerdotes, al recordar que “hoy es la fiesta en modo particular de nosotros que hemos sido consagrados mediante el sacramento del Orden: Diáconos, Presbíteros y Obispos”.
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“Estamos invitados no solo a renovar los compromisos relacionados con la ordenación, sino también a reavivar la frescura de los sentimientos que inspiraron nuestra donación al Señor, profundizando y gustando la belleza del gesto de nuestra respuesta a la vocación a seguir a Cristo de cerca”, señaló.
“Estamos llamados –continuó- a realizar un servicio a favor de los hombres y mujeres, en nombre de Dios, y a realizarlo con los aspectos característicos del Buen Pastor. Y esto nos compromete en modo especial a seguir a Cristo más de cerca y con mayor fidelidad”.
“El bien espiritual de numerosas personas, y también tal vez la salvación de muchos, está relacionada a nuestra santidad de vida y a nuestra obra pastoral. Con nuestra fidelidad a los compromisos sacerdotales podemos sostener a nuestros hermanos en la fidelidad a sus deberes cristianos”, agregó el Cardenal Re.
También afirmó que “queremos renovar el 'sí' inicial de la historia de nuestra vocación, es decir de la decisión de poner al centro de nuestra existencia y al vértice de nuestros intereses a Él, Cristo Jesús, dentro de un 'sí' dicho con amor que se vuelve progresiva configuración existencial con Cristo y vía de santidad y de fecundidad apostólica”.
“De todo corazón deseamos renovar, a pesar de nuestras fragilidades, el compromiso de ser testigos del amor de Cristo, en modo que en nuestra pequeñez, el amor de Dios pueda alcanzar a las personas que encontramos en nuestro camino”.
Finalmente , el Cardenal dirigió a los fieles presentes en la Basílica unas palabras sobre el Papa Juan Pablo II: “más que nunca él está presente en esta Misa Crismal y queremos agradecerle por el testimonio que continúa dándonos también con su ejemplo de sereno abandono en Dios que lo asocia al misterio de la Cruz”.