En un mensaje dirigido a los obispos del país, el Presidente de la Comisión Episcopal de Familia y Arzobispo de Cusco, Mons. Juan Antonio Ugarte, pidió alentar a los sacerdotes locales a incluir la defensa de la vida en sus homilías de Semana Santa.
Mons. Ugarte confesó estar “muy preocupado por la oleada antivida para promover el aborto, la eutanasia y otros atentados contra la humanidad que ya se extiende por toda Latinoamérica (Brasil, Argentina, Paraguay, Chile, etc.) y cuyos signos ya son evidentes en nuestro país”.
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Por eso, animó a los obispos “a que con los párrocos y sacerdotes de su jurisdicción, en estos días de masiva presencia de fieles en las ceremonias de Semana Santa, iluminen sus homilías con el Evangelio de la Vida”.
El Arzobispo recordó que su Comisión envió hace unos días un mensaje por el Día del Niño por Nacer que este año coincide con Viernes Santo y alentó “a que se incluyan contenidos similares en los mensajes, que por Semana Santa, se difundan a través de los diferentes medios de comunicación social de su jurisdicción”.
En el mensaje en cuestión, la Comisión recuerda que en su pasión, “el Señor, indefenso, es humillado y maltratado en su dignidad humana. Pilato, que no encuentra ningún delito en Él, con cobardía e indiferencia, lo entrega para que sea crucificado. Los gritos de una muchedumbre amaestrada, que cerró sus ojos a la verdad, piden la muerte del Inocente, que permanece en silencio”.
“Hoy también muchos cierran sus ojos a la verdad sobre el Niño por Nacer y le niega el status de ser humano, llamándolo "masa de células", despreciando el valor de su vida. Como el Señor, él también es atropellado en su dignidad humana, mediante manipulaciones en laboratorio, con fines experimentales o reproductivos, mientras que nada puede hacer para defenderse”, indica el texto.
“Como el Señor, es también víctima de un juicio injusto que lo hace cargar con las culpas de otros y recibir sentencia de muerte, a él que no pidió ser concebido. Como el Señor, el Niño por Nacer permanece en silencio cuando ve descargarse sobre él la furia del mal, con armas cada vez más sofisticadas, creadas a propósito para asesinarlo en sus primeras horas o días de vida”, agrega.