El nuevo presidente de la Comisión Episcopal de Educación, Mons. Antonio Dorado Soto, anunció que defenderá ante el Gobierno español que la nueva ley educativa respete la oferta confesional, en horario escolar y con peso académico, pues “una asignatura no evaluable en el ámbito escolar es una tomadura de pelo”.
En una entrevista concedida a Diario Sur, el Obispo de Málaga adelantó que se plantearán unos “mínimos”: “Ofrecimiento del hecho religioso, ofrecimiento del hecho confesional, y en horario escolar”.
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Además, declaró que “lo deseable en una asignatura principal es que sea evaluable. Una asignatura no evaluable en el ámbito escolar es una tomadura de pelo”.
Tras aclarar que en España la asignatura de Religión siempre ha sido voluntaria, Mons. Dorado Soto afirmó que “la Iglesia respeta ese principio (el carácter voluntario) cuando se refiere a la enseñanza confesional”. Sin embargo, el Obispo andaluz precisó que “el Estado no tiene ningún derecho ni ningún deber de educar a los ciudadanos. La educación corresponde a las familias y el Estado debe estar al servicio de esas familias. Si en este país nadie quisiera enseñanza religiosa católica, la Iglesia no levantaría la voz”.
Mons. Dorado Soto, quien abogó por el respeto a las personas y las ideas y apostó por el diálogo y no por el enfrentamiento, fue tajante al afirmar que “al mismo tiempo hay que mantener una actitud de firmeza en la defensa de nuestros principios, que son derechos reconocidos tanto en la Constitución como en los acuerdos firmados entre el Estado y la Santa Sede”.
Preguntado sobre si la fe puede ser evaluable “por los conocimientos teóricos que se tenga de ella”, el presidente de Comisión Episcopal precisó que “lo que se evalúa en la enseñanza religiosa no es la fe de la persona. Una persona puede ser atea y sacar un sobresaliente en Religión, porque lo que se transmite en la enseñanza religiosa no son las vivencias, no son los sentimientos o los comportamientos”.
Negociador experimentado
Como presidente de la misma comisión que hoy vuelve a presidir (1993-1999), Mons. Dorado Soto negoció los acuerdos con los socialistas en materia educativa durante el gobierno de Felipe González.
En aquella ocasión, recuerda el Obispo, “conseguimos que la Religión tuviera regulación académica y una regularización de los profesores. No pudimos conseguir el reconocimiento de la Religión como asignatura principal, que llevara consigo una evaluación como las demás asignaturas y que fuera válida a efectos de beca, ni tampoco que la alternativa fuera seria y rigurosa”.
Al aludir a la Ley de Calidad preparada por el anterior gobierno de José María Aznar, Mons. Dorado señaló que ésta “sí recogía estas cuestiones”. “Ahora estamos pendientes de una nueva ley y tememos que no va a ser conforme con lo que estimamos exigible desde el punto de vista cristiano”, concluyó.