El Papa Juan Pablo II confirmó la preocupación del gobierno panameño por aliviar los problemas sociales del país y aseguró que la Iglesia “ha contribuido y seguirá contribuyendo al auténtico progreso del pueblo con el anuncio de la Buena Nueva” en este país centroamericano.
En el mensaje que dirigió en su nombre el Cardenal Angelo Sodano, Secretario de Estado Vaticano, al recibir las cartas credenciales del nuevo embajador de Panamá ante la Santa Sede, Lawrence Edward Chewning Fábrega, el Papa constató “la preocupación de su gobierno por combatir la pobreza en la que todavía vive parte de la población, estableciendo condiciones más favorables para la creación de empleos y supervisión frente al flagelo de la corrupción”.
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El Papa manifestó su alegría por "la continuidad del buen entendimiento y estrecha colaboración entre las autoridades públicas y la Iglesia en Panamá", así como entre este país y la Santa Sede.
Después de recordar que Panamá "ha celebrado ya el primer centenario de vida republicana", Juan Pablo II señaló que “el camino recorrido para afirmar la identidad histórica y geográfica ofrece motivos para la esperanza. Firme en esta identidad, su país podrá seguir dando una importante contribución, favoreciendo la comunicación y las buenas relaciones entre los demás pueblos del mundo".
El Santo Padre afirmó que "en este momento, los logros alcanzados han de consolidarse mediante compromisos firmes que permitan afrontar los fenómenos que podrían ponerlos en peligro. En este sentido, hay que orientar la inversión de los recursos disponibles en proyectos destinados a erradicar la pobreza y poner remedio a la enorme diferencia en la distribución de la riqueza; formar a las diversas generaciones en el respeto de la dignidad de cada grupo étnico; mejorar el sistema educativo; agilizar la actuación del poder judicial y hacer más humana y justa la situación de los reclusos para que se facilite su reinserción en la sociedad, y, en fin, proporcionar los medios necesarios para el desarrollo integral del hombre panameño".
auténtico desarrollo de la familia