Según el Padre Giuseppe Baldas, director de un centro misionero en la Arquidiócesis de Gorizia, al noreste de Italia, las comunidades cristianas en Costa de Marfil “están creciendo rápidamente”, a pesar de la guerra civil que azota el país africano.

El sacerdote, durante una visita a la sede internacional de la organización Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN) el 14 de marzo, explicó que “cuando la guerra empezó en septiembre de 2002, casi todos los extranjeros salieron del país inmediatamente. Sólo los misioneros se quedaron cuidando a las mujeres embarazadas, los ancianos y los enfermos. Y todavía lo están haciendo”.

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Cuestionado por la situación en el país, el Padre Baldas afirmó que “de hecho, hay dos ‘estados’ ahora. Uno en el norte, mayoritariamente musulmán y controlado por los rebeldes; y otro en el sur, mayoritariamente cristiano y al mando del gobierno, que apoya a la Iglesia”.