Ante una gran cantidad de autoridades civiles y militares, familiares de los fallecidos y una multitud de feligreses presentes esta tarde en la Catedral de La Almudena para participar en la Misa por las víctimas del 11-M, el Arzobispo de Madrid, Cardenal Antonio María Rouco Varela, aseguró que el terrorismo "nunca tendrá la última palabra", y exhortó a todos a "vencer el mal con el bien".
Durante la Eucaristía concelebrada por el Nuncio Apostólico en España, Mons. Manuel Monteiro; el Presidente de la Conferencia Episcopal Española, Mons. Ricardo Blázquez Pérez, y una veintena de obispos, el Cardenal Rouco invitó a "mirar" hacia las víctimas y sus familias para su consuelo "espiritual y material".
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En su homilía, el Purpurado explicó que “la cruz de Cristo se había hecho presente de un modo inexplicable, absurdo y trágico en los terribles atentados terroristas que sacudieron la conciencia de nuestra ciudad, y del mundo entero”, dejándonos con la impresión espiritual “de haber sido probados en el crisol”.
El Cardenal resaltó el "sacrificio" de las 192 víctimas y el sufrimiento de sus familiares deseando la "paz en el corazón de todos los que vivirán siempre con este drama". Tras aludir a la muerte de Cristo, aseguró que la "muerte no es la última realidad de la vida humana".
Durante la Misa, a la que acudieron todos los miembros de la Familia Real, el presidente del Gobierno y otras altas autoridades de la sociedad civil, el Arzobispo condenó la "acción criminal" de los terroristas que mató a "inocentes" que "ahora están en manos de Dios" y que ahora disfrutan de la "vida eterna".
El Purpurado animó e invitó a los familiares a la esperanza afirmando que "la oscuridad y la zozobra no perduran", que el hombre "no está hecho para la muerte, sino para la vida”, resaltando la espontaneidad y solidaridad de la sociedad española, independientemente de su credo, en respuesta a los atentados.
La última palabra
Al condenar el terrorismo, el Cardenal hizo alusión al último libro del Papa Juan Pablo II, "Memoria e identidad" cuando el Pontífice habla sobre las "ideologías del mal", y señala entre ellas "las teorías contemporáneas que pretenden justificar y/o explicar el terrorismo actual, encubriendo el odio que las alimenta".
Más adelante, en una celebración marcada por el silencio, la emoción y las lágrimas, el Arzobispo madrileño exigió la "erradicación definitiva" del terrorismo, asegurando que éste "no tiene ni tendrá nunca la última palabra" en la vida de los pueblos, fuera y dentro de España. "No te dejes vencer por el mal, vence el mal con el bien", exhortó.
La última palabra será la de la “justicia solidaria, el amor misericordioso, la esperanza que nunca defrauda, y la de la paz verdadera" que "es la de los hombres que ama el Señor", dijo el Purpurado ante una conmovida audiencia.