El Obispo de Vic, Mons. Román Casanova Casanova, explicó que el sacramento de la reconciliación tiene una dimensión personal y otra comunitaria, ya que “mis pecados ofenden también a la comunidad eclesial, reduciendo su vitalidad y santidad”.
En sus reflexiones con motivo de la Cuaresma, el Obispo afirmó que la confesión es “un elemento esencial” para poder recibir el perdón, ofrecido a través del sacramento de la reconciliación. Añadió que la doctrina de la Iglesia es clara al señalar que “si no hay imposibilidad, es necesaria la confesión sincera e íntegra de los pecados”.
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Mons. Casanova indicó que dentro de este sacramento también hay “razones profundamente humanas”, como que toda persona tiene la necesidad de ser escuchada.
“El sacramento de la confesión tiene también esta vertiente de ayuda fraternal para la confesión de los pecados y del soporte en la lucha contra el pecado, en la cual estamos todos implicados”, explicó el Prelado. Aclaró que para recurrir al sacramento de la reconciliación, son necesarias “la sincera conversión y la confesión de los pecados”.
En otra parte de sus comentarios, publicados en la Hoja Diocesana, el Obispo de Vic se refirió al “hecho religioso”, e indicó que éste no consiste en “añorar tiempos pasados”, sino en tener presente que en todo momento de nuestras vidas debemos ser testigos del Señor.
“En la mayoría de ambientes de la sociedad actual –criticó Mons. Casanova– parece que el hecho religioso no va mucho más allá de una práctica ocasional motivada por un suceso social de más o menos compromiso; que es una cosa ya 'superada'; que merece comentarios y a menudo burlas en la tele o en los diarios”.