El Parlamento brasileño aprobó una ley que autoriza las investigaciones con células madre extraídas de embriones humanos y con el pretexto de buscar curas para enfermedades, permitirá la destrucción de miles de vidas humanas.
Esta “Ley de Bioseguridad” fija algunos límites temporales para emplear los embriones humanos fertilizados in vitro para fines reproductivos. De esta manera, las clínicas de fecundación asistida que mantengan embriones congelados por más de tres años, podrán ofrecerlos para la investigación.
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La norma modifica una ley de 1995 que vetaba la manipulación genética de células germinales humanas y prohibía explícitamente la "producción, almacenamiento o manipulación de embriones humanos destinados a servir como material biológico disponible".
La Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB) lamentó a través de su Secretario General, Mons. Odilo Scherer, que los legisladores hayan discutido poco el tema.
Mons. Scherer lamentó la decisión de los congresistas brasileños y los acusó de privilegiar la opinión de los científicos ansiosos por experimentar con seres humanos, cuando hay otras prioridades en el campo científico.
"Países mucho más avanzados que el nuestro, desde el punto de vista científico, conducen el debate de una manera más reticente y cuidadosa", advirtió el Obispo y recordó que la Iglesia Católica está a favor de las investigaciones con células madre adultas, cuya obtención no implica la muerte de seres humanos.
"Lo que no aceptamos es que se manipulen embriones, porque eso significa suprimir vidas humanas", agregó.
Lo más curioso es que mientras los países que permiten la investigación con células embrionarias no reportan avances, los experimentos con las células madre adultas sí están dando resultados positivos.
En noviembre pasado, médicos brasileños inyectaron a una mujer de 54 años de edad –víctima de derrame cerebral– células madre adultas obtenidas de la médula ósea con éxito, y planean intentar el mismo tratamiento con otros pacientes.
La mujer padeció un derrame en agosto pasado y perdió la posibilidad de hablar y la movilidad del lado derecho de su cuerpo. Después de recibir las células madre adultas, recuperó la capacidad de moverse y comenzó a hablar de nuevo.
La mencionada ley, que logró 366 votos a favor y 59 en contra en la Cámara Baja, deberá ser promulgada el lunes por el presidente Lula da Silva.