En un mensaje enviado desde el Policlínico Gemelli al Cardenal Francis Arinze, Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, el Papa Juan Pablo II ha destacado la urgencia de educar a los fieles en la liturgia, especialmente la Eucarística.
En el mensaje, dirigido con ocasión de la plenaria del dicasterio que concluye mañana en el Vaticano, el Santo Padre da las gracias al cardenal Arinze “por las palabras de afecto y por asegurar una oración especial por mí –escribe el Papa– en nombre de todos los participantes, así como por el empeño generoso con el que guía el dicasterio”.
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“Estoy especialmente agradecido a la congregación –agrega– por haber secundado en seguida las indicaciones de la encíclica ‘Ecclesia de Eucharistia’ y de la carta apostólica 'Mane nobiscum Domine'”.
El Santo Padre destacó en la carta que “sobre todo en la celebración eucarística, viva representación del misterio pascual, Cristo está presente y su acción es participada y compartida en los modos apropiados a nuestra humanidad, necesitada de palabras, signos y ritos. La eficacia de esta acción es fruto de la obra del Espíritu Santo, pero también exige la respuesta humana”.
Importancia de las homilías
Juan Pablo II señala que la homilía, uno de los temas que han tratado en las sesiones de estos días, “tiene una fisonomía diversa de la catequesis ordinaria, y compromete al que la pronuncia a una doble responsabilidad: con la Palabra y con la asamblea”. “Es importante que no falte, especialmente en la Eucaristía dominical. En el contexto de la nueva evangelización, constituye una oportunidad formativa preciosa, y por tanto única”.