El parlamentario Paolo Guzzanti pidió al gobierno nacional retomar las investigaciones sobre el atentado que sufrió el Papa Juan Pablo II el 13 de mayo de 1981, basado en lo expuesto por el Pontífice en su libro “Memoria e Identidad”.
La comisión que preside Guzzanti investiga lo relacionado a la ex cortina de hierro. El parlamentario sustenta su petición en la “actualidad y absoluta novedad” de lo escrito por el Santo Padre.
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En el libro, el Papa dedica un espacio al atentado de 1981, y señala que detrás de Alí Agca, el turco encargado de asesinarlo, hubo una mano ideológica que lo planeó.
“Alí Agca, como todos dicen, es un asesino profesional –escribe el Papa–. Esto quiere decir que el atentado no fue iniciativa suya, que hubo algún otro que lo planeó, que otro se lo encargó”.
Las investigaciones sobre el atentado concluyeron en marzo de 1998. En ellas se estableció que la hipótesis más creíble era que detrás estuvo el servicio secreto búlgaro, guiado a la vez por Moscú.
Días atrás, el Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Cardenal Joseph Ratzinger, señaló que Agca le ha escrito varias cartas argumentando por qué no pudo asesinar al Santo Padre.
Según el Purpurado, para el turco es “algo inexplicable” no haber logrado su objetivo, añadió que por ello “quiere saber sobre el (tercer) secreto de Fátima”.
Para Agca, agregó el Cardenal, el problema “estaba relacionado con la cuestión técnica”, es decir, los disparos “que él no pudo llevar a término”.
En “Memoria e Identidad”, Juan Pablo II escribe que al llegar al hospital, él ya estaba “del otro lado”, y refrendó su convicción de que la Virgen de Fátima lo salvó al desviar la trayectoria de la bala.