El Papa Juan Pablo II expresó que el “terrible atentado” que costó la vida del ex Presidente del Consejo de Ministros de la República Libanesa, Rafik Hariri, y de “otras tantas personas”, es “un gesto criminal que ofende a Dios y a todos los seres humanos creados a su imagen”.
A través de un telegrama enviado por el Secretario de Estado, Cardenal Angelo Sodano, al Patriarca de Antioquía de los Maronitas (Líbano), Cardenal Nasrallah Pierre Sfeir, el Papa “implora una vez más la misericordia de Dios” y reza para que el Medio Oriente logre “una paz justa y duradera”. Además invita a los católicos del Líbano “a un compromiso perseverante por la paz”.
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En el texto, el Santo Padre hace extensiva la invitación a los “hombres de buena voluntad” para que colaboren, mediante el diálogo, en la construcción de un “porvenir de concordia en el país y entre los pueblos de la región”.
Rafik Hariri fue Primer Ministro del Líbano entre 1992 y 1998. Dueño de televisoras árabes, flotas de aviones y de un patrimonio calculado en 10 mil millones de dólares, se convirtió en uno de los hombres más ricos del mundo.
En el año 2000 retornó al cargo de Primer Ministro, pero lo abandonó cuatro meses antes del atentado que acabó con su vida.
Hariri fue enterrado el miércoles en Beirut, homenajeado por cientos de miles de personas que corearon lemas contra Siria.