En declaraciones a la agencia Lusa, varios obispos portugueses destacaron la figura y la vida de la querida Sor Lucía, a quien recordaron como un “ejemplo de fe” y elogiaron su testimonio de humildad y discreción.
El Obispo de Aveiro y vicepresidente de la Conferencia Episcopal Portuguesa, Mons. Antonio Marcelina, consideró que Sor Lucía “representa una certeza de inmensa fidelidad a Dios. Es alguien más que va a cuidar de nosotros desde el cielo”. Destacó también que “el mensaje de Fátima es un eco del mensaje del Evangelio”.
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A su vez, el Obispo Auxiliar de Lisboa y presidente de la Comisión Científica de la Documentación Crítica de Fátima, Mons. Carlos Azevedo, la recordó en “su papel de mujer simple que acogió el misterio de Dios”. “Durante su larga existencia supo vivir con gran humildad el haber sido beneficiada con un inmenso don y merece toda nuestra veneración por este hecho”, destacó el obispo, elogiando también “su disponibilidad para el misterio”.
El Obispo Castrense de Portugal, Mons. Januário Torgal Ferreira, consideró que su discreción permitió que el Santuario y el mensaje de Fátima tuvieran una existencia plenamente autónoma de su vida. “Sor Lucía vivió siempre escondida en el silencio” y “nunca fue vista como protagonista de acontecimientos mundanos” destacó.
“Creo que fue una persona que estuvo en el origen de un gran hito en la espiritualidad del siglo XX y del inicio del siglo XXI, y a mi modo de ver, su ocultamiento y deseo de no tener protagonismo fue aquello que prevaleció”, consideró el Prelado.