Al presidir la ceremonia del Miércoles de Ceniza en la Catedral Metropolitana, el Arzobispo Primado de México, Cardenal Norberto Rivera Carrera, hizo un llamado a vivir intensamente “la conversión cuaresmal” y la caridad especialmente con los “ancianos abandonados”.
En referencia al mensaje del Papa Juan Pablo II para la Cuaresma 2005, el Cardenal explicó que “los adultos mayores en esta ciudad son cada vez más numerosos y las condiciones de vida de muchos de ellos nos exigen una verdadera conversión”, y agregó que en esta Cuaresma “el prójimo tiene un rostro colectivo: la multitud de ancianos solos, abandonados, muchas veces pobres y marginados”.
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El Arzobispo resaltó que “la conversión cuaresmal se nos presenta como un llamado de Juan Pablo II a tener en la vida cotidiana gestos de encuentro con los ancianos, signos de apertura para que ellos no vivan marginados sino sean parte de la vida familiar y comunitaria”.
Acompañado por más de diez sacerdotes, el Purpurado recordó que esta celebración es un llamado a la reflexión y a la conversión, donde se recuerda que “somos polvo y en polvo nos convertiremos”.
“Esto que vamos a recibir significa encontrarnos primero con Dios, pero que también sea para encontrarnos con los más necesitados, sobre todo con nuestros ancianos que están abandonados”, añadió.
Por otro lado, el Cardenal reafirmó la importancia de abandonar las aparentes seguridades que “nos atan y nos impiden mirar hacia adelante en nuestra vida”.
El Santo Padre –concluyó–, “ha querido que este año recorramos este camino como miembros de la comunidad eclesial, en familias, escuelas y parroquias, juntamente con los ancianos”.