El Obispo de Quilmes, Mons. Luis Stöckler, se refirió a la actual situación del Papa Juan Pablo II y afirmó que con su vida “nos da nuevamente una lección conmovedora de cómo se vive la enseñanza de Jesús”.
El Prelado explicó que “la enfermedad suele asustar al que la padece y reducir el horizonte de su mirada al pequeño círculo de los que se centran en él”. Sin embargo, precisó que el Santo Padre “desde el lecho del enfermo, sigue atendiendo los asuntos de la Iglesia y acepta para sí la palabra que Jesús dirigió a San Pedro: ‘cuando seas viejo, otros te llevarán donde no quieres ir’”.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
“Ya lo dijo después de su internación anterior, que había entendido que el Señor le pedía la enfermedad para el ejercicio de su ministerio”, afirmó el Obispo y agregó que su testimonio “nos muestra lo que significa aceptar la Palabra de Cristo: ‘el que quiera salvar su vida, la perderá; y el que pierda su vida por mí y el Evangelio, la salvará’. Apostar a esa palabra cambia la vida”.
Asimismo, el Obispo resaltó que “el que ha recibido la luz no puede guardarla para sí. La felicidad propia está ligada a la felicidad del otro. El que ha conocido el amor de Cristo, debe testimoniarlo aun cuando esto traiga incomprensión y sufrimiento”.
Hoy en día los medios de comunicación proponen “una vida que apunta a bienes efímeros y callar la búsqueda profunda del hombre. Esto exige estar despierto y fuerte para no dejarse confundir”, expresó el Prelado.
Por ello, “ser sal y luz implica que el cristiano, si bien debe estar en el mundo, no puede ser uno más en la masa. Si esconde la luz que hay en él, las tinieblas lo invaden. ¡Y cuánta oscuridad habrá en él y a su alrededor! Cristo vino para salvar este mundo. Sin la sal del Evangelio, la sociedad se corrompe; sin la luz los hombres pierden la orientación y no llegan a su destino”, añadió.