“La viscisitud de los niños hebreos salvados durante el holocausto”, es el título con el que el destacado autor R.P. Giovanni Sale S.J., responde, en la revista jesuita “Civiltà Cattolica” a las versiones de cierta prensa italiana que culpaba a Pío XII de una nueva imaginaria “atrocidad” contra los judíos.
Respondiendo al artículo publicado por el diario Corriere della Sera el 28 de diciembre de 2004 en el que se acusa al Papa Pío XII de haber dado la orden al nuncio Roncalli, futuro Papa Juan XXIII, de no restituir a los niños hebreos; el P. Sale señala, ante todo, que el documento fue publicado incompleto y sin las necesarias verificaciones críticas previas sobre su origen y sobre el contexto en que había sido redactado.
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Desde el inicio de la cuestión, explica el autor Jesuita, fruto del pedido hecho por el Rabino de Roma Isaac Herzog al Papa Pío XII, una parte del episcopado Francés estaba a favor de la restitución de los niños hebreos a las organizaciones hebreas que los pedían.
El objeto específico del documento citado por el diario italiano hace referencia a los niños hebreos que durante la ocupación nazi habían sido confiados a institutos o familias católicas y que entonces eran solicitados por instituciones u organizaciones hebreas creadas para tal fin.
En el documento se dice que los niños que estuviesen eventualmente bautizados no podían ser confiados a organizaciones hebreas, a menos que éstas se empeñasen en garantizar la educación cristiana del menor.
“Se debe tener presente -explica el P. Sale en el informado artículo- que las motivaciones que impulsaban a los obispos franceses a preferir la entrega de los niños hebreos a las organizaciones eran de orden político-eclesiástico: asegurar el bien común de la Iglesia, a raíz del temor a una posible reacción por parte del potente lobby internacional hebreo contra la Iglesia y los católicos”.
Por el contrario, las motivaciones que impulsaban a la Santa Sede a indicar el criterio de la no restitución de niños hebreos a las instituciones hebreas, sino solamente a las personas que tenían un derecho natural sobre ellos, eran consideraciones de tipo doctrinal, sobre todo en el caso de los niños bautizados.
Según Sale, estos criterios “deben ser leídos en el contexto histórico, cultural e ideológico en el que se dieron. La no restitución de los niños hebreos no bautizados buscaba protegerlos de un posible uso instrumental por parte de las organizaciones hebreas y era dictada por un cierto sentimiento antisionista”.
“La Iglesia no aprovechó la situación, a ella favorable, para imponer el cristianismo a los niños hebreos alojados en los institutos católicos”, aclara el autor jesuita.
la relación entre judaísmo y cristianismo