Durante una reciente visita a la sede la de la organización Ayuda a la Iglesia Necesitada, el Padre Emmanuel Mbock-Mbock de la diócesis de Eseka, Camerún, señaló que a pesar de las dificultades “existen numerosas vocaciones” en su lejana localidad.
"Mi diócesis es muy pobre y muchas enfermedades afectan la región de la jungla, principalmente la malaria”, explicó el sacerdote y añadió que “a pesar de ello, existen numerosas vocaciones y cinco jóvenes son ordenados sacerdotes cada año”.
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El Padre Mbock-Mbock hizo hincapié en la necesidad del apoyo extranjero para la formación de los seminaristas y mencionó que otro de los problemas que deben enfrentar los presbíteros son las grandes distancias “que separan a las parroquias de las comunidades que están ubicadas en pueblos alejados en los que no existen lugares adecuados para las celebraciones litúrgicas”.
Cuestionado por la crisis de vocaciones en países desarrollados, el sacerdote señaló que en el caso de Europa ésta “se debe al materialismo y la falta de amor”.
La diócesis de Eseka está ubicada al sur de Camerún y tiene una población de 200 mil habitantes, 114 mil de los cuales son católicos.